miércoles, 22 de octubre de 2008

Análisis

Definir una estrategia para la coyuntura

Por Abraham Gak (*)

La crisis financiera que se ha instalado en los países centrales se va expandiendo a su economía real, con las previsibles consecuencias: desempleo, pobreza y malestar social. Su epicentro son los Estados Unidos que, de esta manera, externalizan una situación que se fue generando durante los últimos decenios. Su importante déficit fiscal, año tras año, fue financiado por el resto del mundo. Su hegemonía económica y militar generó el erróneo concepto de que podía sustentarse en el tiempo y de esa manera financiar un exceso de consumo de su población. A lo que se agregó una agresiva política exterior que originó un gasto adicional por encima de los recursos existentes.

Esta crisis, cuya dimensión aún no se está en condiciones de evaluar y ha generado una coordinación inédita de los bancos centrales de los países en los que se ha instalado, afecta en forma parcial a las economías emergentes, especialmente a las latinoamericanas que, gracias a la aplicación de políticas estatales, acumularon reservas. De esta manera, resultan menos vulnerables ante estos violentos movimientos financieros que están permitiendo que voraces tiburones se apoderen de los restos de los peces de menor envergadura.En este escenario, nuestro país, uno de los privilegiados de la región, debe decidir su estrategia para la coyuntura y sobre todo para el mediano y largo plazo. He aquí la encrucijada en la que se bifurcan los caminos por los que podemos transitar. El que elijamos, si lo hacemos bien, nos permitirá con seguridad, aunque suene como un lugar común, transformar la situación en una oportunidad.Nuestra modesta opinión es que debemos apoyarnos en los principios que dieron origen al llamado “estructuralismo latinoamericano”, incorporando las enseñanzas que nos dejaron los maestros que lo desarrollaron hace ya 50 años: nos referimos a Raúl Prebisch, Celso Furtado, Aldo Ferrer y muchos otros.En este sentido, reivindicamos el modelo que a partir de la crisis de 2001 guió la economía argentina: dólar alto, reservas suficientes para desalentar aventuras destituyentes, superávit fiscal primario y de la balanza de pagos, una creciente y eficaz intervención del Estado en la economía y una estrategia sostenida en el tiempo de distribución equitativa del ingreso.
Cuidar el modelo
Cómo se traduce en la actualidad esta mirada estratégica?. En primer lugar, con una agresiva política distributiva que busque acrecentar el ingreso de la población en general a través de distintos mecanismos: incentivos para la pequeña y mediana empresa a través de la acción conjunta del Banco de la Nación y del BICE –señalado como banco de desarrollo pero aún con escaso capital y poca acción real– y una mejora sustantiva en la provisión de bienes públicos (educación, salud, justicia, seguridad, etcétera). También es imprescindible llevar adelante una lucha sin cuartel contra el trabajo precarizado, para lo que será necesario acordar con las provincias una incorporación masiva de inspectores que hagan verdaderamente riesgoso el trabajo informal; y por último, sin que esto pretenda ser una lista exhaustiva, un plan nacional de construcción de viviendas populares que reemplacen el aporte del rubro por parte de los sectores medio altos y altos hasta ahora protagonistas del consumo.Se debe revertir sin temor la apreciación de nuestro peso, de modo de acentuar la competitividad de nuestras exportaciones, que estarán enfrentando una dura competencia por parte de los países centrales y de muchos emergentes. Deberá acentuarse el comercio interregional y, en lo posible, la coordinación de políticas productivas.
Costos y beneficios
Es probable que la política cambiaria dirigida a estos objetivos pueda tener componentes inflacionarios, pero en la disyuntiva claramente debemos optar por la distribución del ingreso, sin por ello ignorar la existencia del tema y sin dejar de aplicar las medidas correctivas necesarias para amortiguar sus efectos. Además, en la coyuntura habrá que revisar la composición de nuestras importaciones limitando aquellas que, pese a la política cambiaria, puedan ser competidoras con la producción local.Creemos que con hábiles negociaciones –con un virtual cierre fronterizo– se puede lograr limitar la salida de excedentes e inducir a la reinversión de utilidades del sector productivo extranjero. Los costos de los insumos básicos para la producción agropecuaria e industrial deben ser necesariamente reducidos. Para ello, consideramos oportuno promover su producción estatal, en particular la de materia prima agropecuaria y medicamentos, dos sectores fuertemente sensibles en sus costos. Navegando sobre todos estos aspectos, la Argentina debe crecer a tasas tan altas como se pueda y, desde luego, rechazar toda política que tienda a enfriar la economía. Para ello debe quedar en claro que el sector financiero debe estar constreñido a su rol de servicio –uno muy importante para la producción, el desarrollo y el consumo– y no orientado a que la renta financiera sea un factor de acumulación significativo en el producto bruto nacional.El país salió fortalecido de cada una de las grandes crisis que debió afrontar, con una mayor presencia del Estado como regulador de un mercado activo pero orientado a los intereses nacionales. Con una economía concentrada y extranjerizada, en niveles que no habíamos conocido anteriormente, no será fácil transitar el camino elegido. Eso sólo será posible si se construye el gran pacto social que las circunstancias vuelven hoy más acuciante aún.

(*)Abraham Gak es director del proyecto estratégico Plan Fénix, un grupo de economistas e intelectuales de la Universidad de Buenos Aires que ofrece su propia receta para los problemas nacionales, que busca un desarrollo más equitativo en la Argentina. Por otra parte tuvo una llamativa gestión al frente del Colegio Carlos Pellegrini, por su grado de apertura, contacto con los alumnos, y hasta formas de movilizarlos con relación a temas sociales y políticos. Entrevistado por la revista Mu (que publicó la ya célebre foto del ex rector con una gorra rapera y haciendo el gesto de fuck you) dijo en esa oportunidad: “La crisis por la que atraviesa el secudario, cuya expresión más notoria es el retraso, la reiterada repitencia, y el abandono de una enorme franja de jóvenes de la escolaridad, da cuenta del sostenimiento de la desigualdad, de la segmentación y del carácter elitista que tuvo desde sus comienzos. La realidad demostró que la escuela reproduce el orden social al generar la expulsión –en un sistema que no contempla las diferencias- de quienes se encuentran en situación de inferioridad, ratificando así la injusticia”.

No hay comentarios: