domingo, 15 de febrero de 2009

La crisis desde una perspectiva regional







Por Abraham Gak (*)
Durante los días 19 a 21 de enero del corriente año, en la Universidad Autónoma Metropolitana en su sede de Iztapalapa en México, se desarrolló un coloquio internacional sobre “La crisis global y América latina”. Dicho encuentro reunió a economistas de Argentina, Uruguay, Bolivia, México, Perú, Costa Rica, Panamá, Estados Unidos y Francia.

En las reuniones, que fueron seis en total, se analizaron por un lado, el origen, desarrollo y consecuencias en los países centrales de la crisis, y por el otro la situación de nuestros respectivos países. Un espacio importante lo ocupó el análisis de las diferencias y similitudes de los efectos de la crisis en América latina y las medidas dispuestas por los respectivos gobiernos para minimizar sus consecuencias.Un reciente trabajo de la Cepal compara las diferentes medidas tomadas por los gobiernos de la región.
Esta información, junto con las intervenciones de los panelistas participantes del evento, nos permite tener una visión bastante actualizada de la situación.América latina ha tenido en general un incremento muy elevado de su producto bruto interno en los últimos 5 ó 6 años.
Si bien la Argentina creció a “tasas chinas”, como suele decirse, también ocurrió lo mismo con países como Perú, Uruguay y México.
Toda la región enfrentó procesos críticos en los años 2001 y 2002, pero ningún país lo hizo con la gravedad, profundidad y conflictividad que la Argentina. Al presentar los resultados en materia de inversiones, incremento del empleo, disminución de la pobreza e indigencia, quedó en evidencia que nuestro país fue el que mejor enfrentó la coyuntura de esos años.
Por otra parte, en el transcurso de los debates quedó en claro que había países que, por sus vínculos económicos con los Estados Unidos, eran mucho más vulnerables y sujetos a recibir con mayor intensidad los efectos de la crisis y que, seguramente, sufrirán más directamente los ecos de las medidas que el coloso del Norte implementará para revertir su propio proceso recesivo. Entre ellos se encuentran los países de Centroamérica y México, al extremo de que ya se está hablando en los mismos de reformular los distintos tratados de libre comercio que firmaron con los Estados Unidos, en particular, el muy significativo entre ese país, México y Canadá. De todos modos, resulta interesante comparar las medidas ya tomadas y ver cómo en muchos casos son similares.
El trabajo citado de la Cepal las divide en cinco áreas: medidas de política económica, de política fiscal, política cambiaria y de comercio exterior, políticas sectoriales y políticas laboral y social.

Acciones comunes
En materia de política económica, Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Guatemala, Honduras, Paraguay y Perú, disminuyeron y/o flexibilizaron el encaje bancario y mejoraron la liquidez en moneda local del sistema bancario. Esta última medida también fue adoptada por Costa Rica, Ecuador, México, Uruguay y República Dominicana.
En materia de política fiscal, Argentina, Brasil y Honduras disminuyeron impuestos, incrementaron subsidios y aumentaron o anticiparon gastos en infraestructura. Parcialmente, el resto de los países adoptaron alguna de estas medidas. En materia de política cambiaria y de comercio exterior, Argentina tomó medidas dirigidas a proveer de liquidez en moneda extranjera, aumento de aranceles y/o restricciones a las importaciones, disminución de aranceles y financiación de exportaciones. Los demás países tomaron parcialmente estas medidas.
En cuanto a políticas sectoriales, Uruguay es el país que tomó en forma generalizada una serie de medidas tendientes a cubrir las áreas de vivienda, pymes, agropecuaria, turismo e industria. Argentina puso el énfasis en las áreas de pymes e industria. En alguna medida similar lo hicieron Brasil, Chile y Guatemala.Con respecto a política laboral, Argentina, Chile, Guatemala, México y Perú acentuaron la defensa del empleo y en materia de programas sociales, desarrollaron acciones específicas Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, El Salvador, Haití, Nicaragua y Perú.

Asimetrías
Nos hemos detenido en estos detalles para remarcar las grandes asimetrías existentes entre los países de la región, lo que a nuestro entender complejiza las posibilidades de integrarnos como bloque. Por otra parte, es evidente que cada país está atado a los compromisos que, en mayor o menor grado, tiene con los organismos financieros internacionales, y en consecuencia depende de las reglas y ajustes que los mismos imponen.
Desde luego que estas dificultades no deberían impedir que se tomen medidas que vayan marcando un camino integrador; dentro de ellas, adquiere particular relevancia el Banco del Sur, proyecto que no debería demorarse en volverse realidad.
A la luz de los diagnósticos relevados en las reuniones, parece evidente que nuestro país, al no estar sujeto al requerimiento de acceder imprescindiblemente al crédito externo, está en mejores condiciones para adoptar las medidas necesarias, no sólo para enfrentar los efectos de la crisis externa sino para adoptar políticas activas que mejoren las condiciones de vida de la población. Finalmente, en la confrontación del escenario latinoamericano surge una realidad que es común: la distribución del ingreso. Es notable la similitud existente entre los países, de la diferencia entre los deciles de menores y los de mayores ingresos: 28 veces parecería la mediana.
Muchos de los países arrastran desde siempre estos guarismos; otros, como la Argentina, han conocido tiempos mejores, pero hoy, esta es la realidad, lo que nos convierte en la región más injusta del orbe. Las dificultades de hoy no deberían trabar la necesidad de mejorar estos guarismos que también son desestabilizadores.

(*)Abraham Gak, es economista, ex rector del Colegio Carlos Pellegrini y actual Director del Plan Fénix

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