lunes, 11 de abril de 2011

El bloqueo a Clarín que tapó el escándalo en Chubut


“Una noticia sirve para tapar otra que se quiere ocultar” (Ignacio Ramonet, ex director de Le Monde Diplomatic)

Por Jorge Déboli, secretario de Dypra, editor de Informes La Federación Gráfica Bonaerense (FGB) es una de las entidades gremiales con más historia en la lucha por las reivindicaciones de los trabajadores. El 25 de mayo de 1857 fue creada la Sociedad Tipográfica Bonaerense, primera organización de resistencia gremial, social y cultural del país. En 1877 le da continuidad la Unión Tipográfica, organización que en 1878 protagoniza la primera huelga de los trabajadores/as en la historia nacional.

El 3 de Mayo de 1907, nace la actual FGB, sede de distintos acontecimientos que hicieron historia en nuestro país, como en marzo de 1968, en plena dictadura militar de Juan Carlos Onganía, lo fue el nacimiento de la CGT de los Argentinos, liderada por el actual secretario General de FGB, el legendario Raimundo Ongaro, y posteriormente el semanario de la CGT de los Argentinos que dirigió Rodolfo Walsh. Este pequeño prólogo es a modo de salvar cualquier duda que pudiese surgir a partir del prolongado conflicto laboral que este sindicato mantiene la firma AGR, y para tener en cuenta su mirada sobre el giro que el mismo tomó el pasado domingo cuando se impidió la distribución del diario Clarin. AGR es una empresa subsidiaria del Grupo Clarín, que en una de sus plantas, donde habían sido despedidos los delegados gremiales, se imprimen varios productos de este grupo, entre ellos la revista Viva. La otra planta impresora, de la calle Zepita, donde se imprime el diario Clarín, fue donde se produjo el bloqueo que impidió el domingo pasado la salida del matutino.El Sindicato de los gráficos, desde 2004 viene desarrollando una silenciosa pero larga lucha por la plena vigencia de la libertad sindical en la primera de las plantas de AGR mencionada, cuando en medio de un conflicto de sus trabajadores, fueron despedidos todos los delegados gremiales. Recientemente, el pasado 9 de marzo, el sindicato había logrado la reincorporación de los despedidos, luego de que éstos, con el patrocinio de la FGB, ganaran un juicio penal a AGR. Sin embargo, el pasado domingo y “sin previo aviso” a su gremio, los delegados reincorporados, decidieron bloquear la otra planta de AGR, de la calle Zepita en el barrio de Barracas en la Capital Federal, impidiendo que los diarios se distribuyan en los quioscos. “A favor de Clarín o en contra de Cristina” ”Los muchachos se apresuraron un poquito. El diario tendría que haber salido y no haberles dado semejante repercusión mediática”, dijo a este cronista una fuente del sindicato de gráficos, y apuntó: “o están a favor de Clarín o están en contra de Cristina”, poniendo en duda las intenciones subjetivas de los que llevaron adelante el bloqueo y de los que los apoyaron.La fuente también dejó en claro: “nosotros no queremos despegar del conflicto pero tampoco estamos a favor de Clarín; bancamos todas las medidas de fuerza que haya que bancar, pero no avalamos cualquier medida que impida la salida de éste o de cualquier otro diario de la Argentina”. Según este dirigente gremial, los que llevaron a cabo el bloqueo de la planta “son 4 o 6 muchachos, que no contaron con el apoyo de los 200 o 300 trabajadores” de la planta, que evidentemente “solos no hubiesen podido sostener tantas horas” la medida, dando a entender claramente esta fuente, que hubo apoyos externos. “Veníamos llevando el conflicto por los carriles normales hasta el 9 de marzo. Ahora han jugado a espaldas nuestras”, reflexionó el dirigente gráfico. El otro bloqueo En realidad, el bloqueo que impidió la salida del diario, no tiene ningún tipo de justificativo. Objetivamente apuntó a perjudicar al gobierno y a tapar la escandalosa elección en Chubut que día a día revela el escrutinio definitivo. No se puede bloquear la salida de un diario, aunque éste sea la principal herramienta del establishment económico local para detener los cambios estructurales que estamos viviendo en la Argentina. No se puede hacer lo mismo que hace el monopolio -con otros métodos-, con cientos de publicaciones a lo largo y a lo ancho de todo el país. En efecto, en la Argentina se editan más de dos mil publicaciones periódicas con frecuencia de salida semanal, quincenal o mensual, que por el costo que representa su principal insumo, el papel, tienen “bloqueada” la posibilidad de salir diariamente o aumentar su frecuencia de salida, para informar con más continuidad a sus lectores, no solo con noticias que se producen en el ámbito local y de la región, sino además, las del orden nacional con la necesaria mirada local, que de otra forma, no cuentan con otra alternativa a los canales que emiten en cadena desde el puerto de Buenos Aires. Relato único Desde hace más de tres décadas, cuando la dictadura militar cívico militar de Videla y Martinez de Hoz decidió ceder el paquete mayoritario de Papel Prensa, cuyo propietario David Graiver había fallecido en un confuso “accidente” aéreo, y su viuda e hija heredera estaban recluidas en el campo de concentración clandestino Puesto Vasco, en el conurbano bonaerense, la provisión de papel para diario en la Argentina pasó a ser una herramienta política del monopolio que, al decir por el editor ultraopositor al gobierno, Jorge Fontevecchia, les sirvió “para disciplinar a los demás diarios de la Argentina”, y para prevalecer sobre los demás diarios que representaban una competencia, como fue el caso del diario Crónica que en los años ´70 vendía 700.000 ejemplares diarios en sus tres ediciones, y hoy está por debajo de los 100.000. Resistencia Cuando se desarrolla una guerra colonizadora, oscurantista y contumaz, como la que el neoliberalismo comenzó a librar hace unas décadas en el mundo para la instauración de un gobierno global virtual, reemplazando el aparato industrial-militar por el tecnológico-mediático, los medios de comunicación pasaron a ser su principal aliado a través de la participación accionaria en estas empresas de comunicación, En nuestro país, sin duda el monopolio mediático construido con la complicidad de la dictadura militar, constituye el principal aliado del establishment vernáculo, que hoy, luego de la crisis financiera global, resiste sucumbir junto a sus gerentes, algunos de los principales referentes de la oposición en el Congreso Nacional. Pero justo llegó el bloqueo, y les dio un poquito más de oxígeno, y de esa forma no tener que hablar sobre la calidad institucional de una provincia gobernada por unos de los principales detractores de la calidad institucional del gobierno nacional.

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