domingo, 27 de diciembre de 2009

Ya nadie te humilla


El equipo de antropología forense identificó los restos del histórico sindicalista Jorge Di Pascuale, secuestrado en 1976 durante la última dictadura militar.A Di Pascuale lo arrancaron de su casa en la madrugada del 29 de diciembre de 1976, al día siguiente de su cumpleaños número 46. Sobrevivientes lo vieron en el centro clandestino "El Vesubio", donde permaneció hasta febrero de 1977 según testimonios. El informe antropológico sobre sus huesos indica: "Al menos tres proyectiles en cráneo, hombro y pelvis".
Foto Sindicato de Farmacia: Jorge Di Pascuale en 1963 con el General Perón, cuando éste los designó su Delegado Personal

Ya nadie te humilla
Poema de Vicente Zito Lema In memoriam de Jorge Di Pascuale

Las sombras del ayer abren sus puertas, detrás está el abismo… la muerte sucede en el pasado…
Van y vienen los recuerdos, siempre ansiosos,
encendidos, como un caballo que galopa bajo una luna todavía en sangre, casi seca…
Ahí está la noticia; llega entre nubes rojas, sin que el cielo se inmute, ningún ángel levante
su espada, ninguno de los dioses ruja…
En la fosa clandestina, pasando el río de las grandes mugres y la vida deshecha
Hay restos de un hombre…
30 años y más del ayer, desaparecido…
Que identificado por el equipo forense…
Resultó ser…un líder sindical…
De una generación que quiso construir el cielo en la tierra, alguien dijo…
Y se quedaron desnudos
Y era invierno
Y para colmo llovía…
Nadie cubrió con flores sus huesos
Ni tejió los días de la eternidad…
Van y vienen los recuerdos…
La liviandad del tiempo nos espanta…
El compañero dejó sus huellas en los bordes de nuestros cuerpos…
Cuando la patota militar entró a los golpes en su casa dijo: Nunca dejaré de odiarlos…
Lo torturaron mucho. La agonía fue lenta. Ni siquiera la piedad de un tiro de gracia…
El compañero es una historia –o mejor una leyenda– del buen amor –cuando todo tambalea–
y la mejor lucha en los campos de Octubre
Que resucita…
Mientras su muerte sin castigo embiste a los gritos en la noche de los gritos contra la paz del inocente sin memoria que no sabe / no contesta / que con jeta de santurrón vomita: en algo andaban… pasaron tantas cosas…
El compañero ha vuelto a las andadas…
Su nombre alienta; otra vez galopa…
Su cuerpo estuvo en la tierra…
Humillado en la tierra…
Desaparecido en la tierra…
Su noche en la noche de las noches ha tocado fin…
Otra vez está aquí como una nube sobre el cielo de verano alentando el fuego / moviendo los sueños
En el viejo sindicato de la calle Rincón
Donde tu alma es tu memoria…
Y ahora hablaremos de vos entre los compañeros, y alguno preparará el mate, y te abrazaremos
Como si estuvieras en el aire…
Porque el aire siempre nos abraza...
Nadie pide clemencia / el barco sigue andando entre las aguas bravas…
Vos estás con nosotros y las estrellas relucen…
Lejanas, muy lejanas, pero relucen…




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