miércoles, 29 de septiembre de 2010

Encuentro de empresarios de medios Pymes con Cristina


La presidenta compartió un almuerzo con cerca de 300 directivos de medios del interior del país. Allí informó que envió al Congreso el proyecto de marco regulatorio para la producción de papel de diario. La mandataria señaló que el objetivo de la norma es "favorecer la competitividad" y la "seguridad jurídica". Se realizarán 10 foros de debate de la iniciativa.

La presidenta Cristina Fernández encabezó un almuerzo con unos 300 directivos de medios del interior del país, que se desarrolló en la quinta presidencial de Olivos. En el encuentro, la mandataria anunció el envío de un anteproyecto de ley de marco regulatorio para la producción del papel para diarios, que será debatido en diez foros en todo el país con una participación de todos los sectores ligados a esa actividad. "Estamos enviando al Congreso un anteproyecto para regular la producción de papel para diarios y de alguna manera estamos cumpliendo con el sueño de sustitución de importaciones para que ningún editor deba importar el papel y quede en condiciones deventajosas ante los monopolios", señaló Cristina. La Presidenta explicó que el anteproyecto "será debatido en diez foros en todo el país, de la misma manera que se hizo con la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual y que nos dio un excelente resultado".
"En esos foros habrá participación de todos y cada uno de los editores de medios para que se vuelquen todas las ideas acerca de esta actividad y de esa manera garantizar una verdadera participación", subrayó.

Consejo Federal
En ese sentido, agregó que "estamos proponiendo la creación de un Consejo Federal en el que haya un representante por provincia que se rotará para garantizar la producción de papel nacional que hoy es insuficiente; de esa manera estaríamos dando igualdad de oportunidades a todos y que nadie decida quien puede tener un diario o no puede tenerlo". Cristina habló ante los directivos de diarios y medios audiovisuales previo a un almuerzo del que participaron también el ex presidente Néstor Kirchner gran parte del gabinete del gobierno nacional, quienes , de manera amena, compartieron las mesas con los empresarios periodísticos (ver nota aparte). En ese ámbito, la presidenta reiteró la decisión del gobierno nacional de "favorecer la competitividad de la economía y la seguridad jurídica y para ello es necesario que no haya grupos o intereses monopólicos y que todos los demás deban sostener a esos grupos creando una situación desventajosa".
Al referirse a otro aspecto del anteproyecto dijo que "para lograr una mayor producción de papel nacional van a hacer falta inversiones, porque hoy esa producción no alcanza".
"La idea es que no haya nadie que pueda controlar la palabra impresa por el manejo del papel, que era una forma indirecta de controlar quien podía tener un diario y quien no", indicó. La iniciativa, que será anunciado por el ministro de Economía Amado Boudou, tiene "múltiples variantes y cuestiones que también tiene relación con el cuidado ambiental", la sustitución de importaciones y el incremento del sesgo exportador, explicó la mandataria. Cristina aseguró que la sanción de la Ley de Medios "ha sido un modelo de legislación, en cuanto a la apertura a todos los sectores y a la sociedad", y precisó que los medios de comunicación son "bienes sociales y culturales" al subrayar que la ley de medios "está en marcha".

Fuerte presencia de medios gráficos pymes
La presidenta se presentó acompañada por su esposo, el ex presidente, Néstor Kirchner, por ministros del Gabinete Nacional, y el Subsecretario de Medios, Alfredo Scoccimarro. Aníbal Fernández no fue de la partida, ya que se encontraba dando su informe en el Congreso.
En la mesa principal, acompañaron a la Presidenta, los editores Gustavo Vittori, del diario El Litoral de Santa Fe, Florencio Aldrey Iglesias, de La Capital de Mar del Plata; Jorge Deboli, del Grupo Editor Informes de La Plata; Francisco Montes, del Diario de Cuyo de San Juan; y Domingo Marra de La Nueva Provincia de Bahía Blanca. También compartieron la mesa, Néstor Busso, de FM 103.9 de Rio Negro y presidente del Consejo Federal de Radio y TV; Alberto Gollan, de Canal 3 de Rosario, y las diputadas, Silvia Vázquez y Juliana di Tullio, titulares de las Comisiones de Comunicaciones y de Comercio de la Cámara baja, respectivamente.
A la mesa de Kirchner se sentaron Raúl Kraiselburd, de El Día de La Plata, Sergio Santiesteban, de La Arena, de Santa Rosa, La Pampa, Raúl Olmos, de los diarios Crónica y El Atlántico; José Pochat, de La Gaceta de Tucumán; Carlos Romero Feris, de El Litoral de Corrientes; y Juan Schroeder, de La Mañana de Neuquén.
En las diferentes mesas que ocupaban junto a varios de los integrantes del Gabinete Nacional, se pudo observar los editores cordobeses, Eduardo Santillo de Comercio y Justicia; Raúl Olceli, de El Diario de Villa María; Pedro Solans, de El Diario de Carlos Paz, Mónica Bistoletti, de El Despertador de Jesús María, Noemí Falco, de Maticies, Julio Pistone, de Hoy Día, Diego Cedriani, de El Megáfono de Rio IV, Jorge Conalbi, de Sumario de Alta Gracia, Luis Gilletta, de Tribuna de Bell Ville, y Gregorio Martinez de La Voz de San Justo y Gaston Boc-Ho, de El Periódico, ambos de San Francisco.
Otros que se los vio conversar animadamente con los ministros de Justicia, Julio Alak, de Trabajo, Carlos Tomada, de Desarrollo Social, Alicia Kirchner y de Industria, Débora Giorgi, fueron los bonaerenses, Juan y Guillermo Eyras, de El Mensajero de la Costa; Darío Minadeo, de La Nueva Voz Rojense; Ricardo Iribarne, de
Protagonistas de Mercedes: Pablo Bussetti, de Eco Días de Bahía Blanca; Marcos Giommi, de El Observador de O´Brien; Sergio Tevez, de Los Principios de Salto; Alejandro Izquierdo, de La Verdad de Rauch; Guillermo Fossaluzza, de La Nueva Voz de Vedia, Roberto Soto de El Diario y Jorge Riera de La Posta Regional, ambos de Lincoln.
También participaron del encuentro con la presidenta, los editores Juan Amarilla de El Comercial de Formosa; Julio Delgado, de El Independiente de La Rioja; Juan Diego Turraca, de El Diario de la Región de Resistencia, Chaco; Héctor Perincioli de La Opinión Austral; Matías Kalmus, de Rio Gallegos; Donald Thomas de El Cordillerano de Bariloche, y José Morán, de El Oeste de Esquel.
Compartieron la mesa con el Ministro del Interior, Florencio Randazzo, la directora de La Campaña de Chivilcoy, Claudia Roger, y los editores Esteban Allignani, de La Voz de Bragado; Horacio Cervellini, de Nueva Imagen de Carlos Casares, Alberto Maciel, de La Voz del Pueblo de Tres Arroyos, Juan Cambello, de Tiempo de 9 de Julio, y Víctor Calvigioni, de Colón Doce, de la provincia de Buenos Aires.
Otro nutrido grupo de editores de la provincia de Buenos Aires, lo integraban, Carlos Maipah, de El Diario de Escobar; Oscar Albano de La Verdad de Ayacucho; Carlo Fresia de La Opinión de Trenque Lauquen; José Cáceres de Infosur; Mariano Bobryck, de La Opinión de La Costa, Augusto Zamarripa, de Resumen de Pilar; Enrique Laborde, de El Orden de Príngles, y Rafael Zuchowicki, de Diagonales de La Plata.
La presidenta se mostró muy distendida y a gusto con todos sus invitados, al punto de permanecer en el Salón por espacio de casi cuatro horas. Recorrió todas las mesas y saludó a sus invitados personalmente, además de sacarse fotos con casi todos.
Néstor Kirchner, de muy buen ánimo a pesar de la reciente angioplastia a la que fue sometido, fue otro de los anfitriones demandados, a cuya mesa se acercaron buena parte de los asistentes a quienes saludó uno por uno y no paró de sacarse fotos.
Entre los representantes de entidades periodísticas del interior que participaron del almuerzo con la presidenta Cristina Fernández se pudo observar a los presidentes de la Asociación de Diarios del Interior de la República Argentina (Adira), Domingo Marra; de la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (Adepa), Gustavo Víttori; de Diarios y Periódicos Regionales Argentinos (Dypra), Nahum Mirad; de la Asociación de Radiodifusores Bonerenses y del Interior de la República Argentina (Arbia), Osvaldo Francés; del Foro Argentino de Radios Comunitarias (Farco), Néstor Busso, y de la Asociación de Diarios Cooperativos de la República Argentina (Adicra), Juan Diego Turraca.

viernes, 17 de septiembre de 2010

Papel Prensa: Dudas, críticas y suspicacias de vieja data


Por Jorge Déboli, editor de Informes de la Provincia y del País

La actitud de algunos legisladores nacionales del arco opositor en el Congreso nacional, respecto del proyecto de Ley, propuesto por el Poder Ejecutivo, que declara de interés público la fabricación de pasta de celulosa (materia prima con la que se hace el papel para diarios) y la fabricación y distribución de este vital insumo para la prensa escrita de nuestro país, se parece más a la de un gerente lobista de Papel Prensa, que al rol por el cual fue elegido.

Un representantes del pueblo que se precie como tal, no puede, sin traicionar el mandato de su pueblo que lo votó, salir en defensa de la corporación mediática que conforman los socios privados en Papel Prensa (Clarín, La Nación), desconociendo la historia de los diarios del interior y las restricciones a la Libertad de Información que vienen sufriendo desde hace más de 30 años a través del manejo monopólico (por precio y cantidad) de dicha empresa productora de papel.Ya en 1978, el diario La Voz del Interior de Córdoba, cuando este matutino todavía pertenecía a la familia Remonda, hablaba de “suspicacias” en el proceso de traspaso de Papel Prensa, alineado con una crítica de la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (Adepa). En una editorial publicada el 11/12/79, “Los ideales de papel”, planteaba que “esta situación de privilegio en que se ven colocados los diarios consocios del Estado (Clarín, La Nación y La Razón) es la resultante final de todo un proceso signado por hechos fuertemente generadores de suspicacias, de dudas”


Pero la posición de la Voz de Interior, no era aislada de los demás medios del interior, ni su crítica se limitaba a la forma poco transparente de su adquisición por parte de sus actuales propietarios privados. También Adepa, en marzo del año siguiente se pronunció con una fuerte crítica al calificar el manejo monopólico de la provisión de papel, de “tamaño atentado contra la libertad de expresión”. Estos diarios “propietarios” de la empresa productora de papel, exigían a la dictadura que encabezaban Jorge Rafael Videla y José Alfredo Martínez de Hoz, que se aumenten los gravámenes de papel importado, para obligar a consumir papel de dicha fábrica, y que “se establezcan cuotas de consumo para los diarios”. Si bien en la actualidad la importación de papel para uso editorial está exenta de gravamen, las cuotas de consumo permanecieron durante 32 años, dejando afuera del abastecimiento de este insumo, a cientos de publicaciones diarias y periódicas que existen en la Argentina.
Otro de los diarios tradicionales del interior, La Capital de Rosario, a través de su director, Carlos Ovidio Lagos, por entonces señalaba que el precio del papel “constituye una amenaza a las libertad de prensa en la medida que puede determinar el cierre de periódicos que luchan por sobrevivir”. Y Lagos sabía de que hablaba. La Capital de Rosario, como muchos otros diarios del interior, tuvieron que venderse a fines de la segunda década infame, los ´90, porque no pudieron resistir el ahogo financiero que principalmente les imponía el precio del papel.

Pedido de nulidad
Tampoco los pronunciamientos de los editores de diarios del interior, se agotaban con las dudas planteadas en el traspaso del paquete accionario de Papel Prensa, y las denuncias de su manejo monopólico del papel, a los reclamos de Adepa, se sumaron otras entidades como la Asociación de Diarios del Interior de la República Argentina, (Adira), cuando solicitaron al entonces ministro de Economía y Jefe civil de la dictadura, José Alfredo Martínez de Hoz, la “nulidad del contrato firmado por el Estado y Papel Prensa”, transacción a la que atribuyeron “violaciones a principios jurídicos y constitucionales que importan ‘un ataque a la libertad de expresión’”.Otra de las entidades que nuclean a diarios locales de provincia, la Asociación de Diarios Entrerrianos (ADE), por septiembre de 1979, advertía sobre “las penurias que deben afrontar los editoriales de publicaciones periodísticas como consecuencia del deficiente suministro de papel’”. Los diarios entrerrianos asociados a ADE, en su mayoría son pequeñas publicaciones de casi todos los pueblos y ciudades de su interior provincial, que ya presagiaban lo que finalmente s consumó durante todos estos años: “por acción u omisión una compañía que domine totalmente en gran medida el mercado paralelo, se introduce un privilegio que vulnera todo principio de equidad”, decía el documento de ADE.

Reclamo extendido
A los cuestionamientos que arrancaron en 1978, en el tiempo se le fueron sumando los de otros editores como el de Crónica (de Buenos Aires), Héctor Ricardo García, o el de Ambito Financiero, Julio Ramos, o los más recientes del editor del diario Perfil, la pluma más excelsa de la derecha argentina, Jorge Fontevecchia, cuando en su columna del 16/08/09, señalaba: “……Lo mismo sucedía con Papel Prensa, cuando acceder al papel nacional a un tercio menos del valor era la diferencia entre ganar o perder plata con un diario, y Clarín disciplinaba a sus colegas permitiéndoles o negándoles la posibilidad de comprar Papel Prensa”.
Al mismo tiempo, los editores periodísticos nucleados en Diarios y Periódicos Regionales Argentinos (Dypra), denunciaban en las audiencias por la Ley de Servicios de Conmunicación Audiovisual (SCA), ante el plenario de Comisiones de la Cámara de Diputados de la Nación, la restricción a la Libertad de informar a los lectores y el derecho de éstos a ser informados, a raíz del manejo monopólico de la provisión de papel en cantidad y a precio competitivo.

Papel del papel
El papel es a un diario, como el espectro radioeléctrico es a los medios audiovisuales, es decir, no representa cualquier insumo, es el medio por donde se transmite la palabra escrita. Y como dijeron conceptualmente los diarios propietarios de Papel Prensa en su editorial del 22 de agosto pasado: “quieren controlar la fabricación de papel para controlar la palabra escrita”, es eso lo se trata de evitar, justamente lo que viene ocurriendo desde hace casi 33 años.
El proyecto de Ley en cuestión, tiene como fin que los representantes del pueblo, es decir, los legisladores, no el gobierno nacional, establezcan una norma que garantice la provisión de papel en cantidad suficiente y a precio competitivo.
Sólo un necio o un energúmeno, puede “argumentar” a favor del monopolio del papel, desconociendo el tremendo daño a la libertad de informar que provoca el precio del papel en los medios gráficos, al tener éstos que limitar la compra de este insumo, y el consecuente cercenamiento del derecho de los lectores a ser debidamente informados cuando reciben menos contenidos.
Esto último, lo señala con precisión la Convención Americana sobre Derechos Humanos. Allí se establece con claridad que "no se puede restringir el derecho de expresión por vías o medios indirectos, tales como el abuso de controles oficiales o particulares de papel para periódicos". Señoras y señores legisladores, pónganse las pilas.

jueves, 9 de septiembre de 2010

Es hora que la historia empiece a escribirla el pueblo argentino



Por Jorge Déboli, Director del Grupo Editor Informes de la Plata

El 26 de junio de 2002, seis meses después del estallido social que acabó con el inepto y corrupto gobierno de Fernando De La Rúa, organizaciones de desocupados decidieron cortar el Puente Pueyrredón en el marco de un plan de lucha contra el Gobierno de Eduardo Duhalde. En el corte, Maximiliano Kosteki y Darío Santillán fueron asesinados por la policía. Una secuencia fotográfica muestra el instante anterior y posterior en que uno de ellos recibe un disparo por la espalda. Los grandes medios de comunicación contaban con ese material, pero hubo que esperar dos días para que publicaran la secuencia fotográfica. 48 horas de desinformación en las cuales los principales medios, junto con la policía y el gobierno, intentaron adjudicarles las muertes a los propios piqueteros.
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Llevamos doscientos años como nación, y resulta un hecho evidente que la historia, la que se enseña en los colegios, la que se imprime en los libros, la que día a día nos cuentan los diarios tradicionales y queda impresa como verdad absoluta, desde siempre, la escribieron los que ganan.
Resulta asombroso que los oligopolios informativos continúen subestimando la inteligencia de los argentinos pretendiendo que lo que es bueno para ellos, ejercido por los demás, es inaceptable.
Ya no como un sofisma, de los que los monopolios y sus voceros son afectos, sino a partir de su propia definición, los campeones de la defensa de la “Libertad de Prensa y de Información”, que controlan la producción del papel para diarios, admitieron sin cortapisas, que ellos mismos son los que controlan la palabra escrita ; la que escriben en letras de molde y luego rebotan hasta el hartazgo en todos los medios audiovisuales de su propiedad, como la verdad revelada.
El tema de la producción y aprovisionamiento de papel, no es un tema que afecta sólo a los editores de diarios al verse obligados a restringir la compra de este insumo por su excesivo precio en relación a la escala económica de su medio, también es una cuestión que impacta y afecta a millones de argentinos que ven restringido su derecho a informarse, toda vez que el medio local está impedido de imprimir las páginas necesarias, y por ende los contenidos, donde los vecinos se expresan; reclaman a las autoridades; promocionan sus actividades culturales, sociales y deportivas, en suma, el diario local, es el medio de comunicación por excelencia, donde los vecinos se ven reflejados.
Si bien los dos principales diarios editados en la Ciudad de Buenos, tienen una circulación minoritaria en el interior de nuestro país en una relación de uno a diez con respecto al medio local, estos, al estar restringidos en la compra de papel, al tener que priorizar la edición de contenidos locales, relegan la información del segmento provincial y nacional.
Sin embargo, cuando los medios locales salen a denunciar esto, los que hegemonizan la fabricación y distribución de papel, salen a justificarse diciendo que “es un problema de mercado, de eficiencia empresaria” y no de restricción de la libertad de información. La fabricación de papel para diarios, no es una mercancía que entra en esta categoría.
El proyecto de Ley que envió el Ejecutivo al Congreso para que declare de interés público la elaboración de este insumo y para que dicte una norma que regule y garantice su distribución entre todos los diarios, resultará un paso determinante para que se comience a escribir otra historia.