miércoles, 24 de noviembre de 2010

Claves para entender por qué nos pasó, lo que nos pasó


“La Batalla de la Comunicación”: De los tanques mediáticos a la ciudadanía de la información

Por Jorge Déboli, director del Grupo Editor Informes

En una entrevista concedida al diario dominical Miradas al Sur, el periodista e investigador, Luis Lázzaro, hace una reseña sobre el contenido de su libro “La Batalla de la Comunicación”, obra literaria fundamental para que todo argentino que quiere lo mejor para su Patria, pueda entender las claves de porqué en el último cuarto del siglo pasado, la Argentina tuvo gobiernos genocidas, ineptos y corruptos, que nos sumieron a los argentinos (aunque no habla directamente de ello) en el atraso, el empobrecimiento, la ingobernabilidad y el fracaso permanente.


Durante la entrevista, el también coordinador general de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual, hace un reconto sobre cómo surgió la idea de este trabajo que acaba de editar Ediciones Colihue: “El primer antecedente del libro es un trabajo conjunto con Daniel Rosso y otros colegas, que se publicó en los Cuadernos del IDEP, en 1997, y que se llamaba `La Batalla de la Comunicación, los desafíos de la Identidad en la Argentina privatizada´. Allí se trabajaba el eje del proceso de concentración y lo que estaba implicando en términos de condicionamientos económicos, políticos y culturales”.
Respecto al nombre que le dio a su obra, el escritor señala que “la idea de la batalla tiene que ver con una mirada más histórica y en perspectiva a partir de la sanción de la ley SCA”. Una nueva plataforma de debate, que surge de lo que significó la globalización como” fenómeno concentrador de medios de comunicación y de estructuras financieras articuladas en el plano internacional con procesos de hegemonía geopolítca”.
En su contenido, el libro cuenta lo que fue la mirada norteamericana, a partir de la era tecnotrónica, de Zbigniew Brzezinski, y el reemplazo de los esquemas de dominación vinculados, en otra etapa, “al complejo militar industrial por un esquema que apunta más a lo cultural y a los procesos de consumo en el plantea”, el complejo “mediático tecnológico”.Cuenta cómo fue también la confrontación muy fuerte entre EE.UU. y Europa en este tema y lo que significó para América latina, y en especial para nuestro país, ”el proceso de apertura a los capitales norteamericanos, con el tratado comercial firmado en 1994,
que permitió el desembarco de toda una industria audiovisual
por satélite y cable que el libro propone como la colonización
del patrimonio audiovisual naci onal, que hizo desaparecer a
buena parte de los 1.400 operadores independientes de la TV por cable, a comienzos de esa década”.

Convergencia tecnológica
Tras la aprobación de la Ley de SCA, el trabajo de Lázaro, permite entender por qué la estructura de medios en la Argentina tiene las características que tiene, el trasfondo estratégico de la disputa entre los actores provenientes del campo telefónico y los provenientes de la televisión paga, para posicionarse en el mercado del triple play, y las dificultades que la no hegemonía de este proceso tuvo para desarrollarse en la Argentina. Al respecto, el coordinador general del ex Comfer, recuerda que, el primer proyecto de ley que envió la Presidenta al Congreso “intentaba avanzar planteando un esquema de apertura gradual al sector telefónico a condición de la desmonopolización”.
“Vemos que hay un proceso de convergencia tecnológica que se viene produciendo independientemente de las voluntades políticas o sectoriales y que hay que dar cuenta de esa convergencia, en sintonía con lo que está pasando a nivel internacional”, afirma el funcionario, y agrega, “Esto, la ley intentó resolverlo con un criterio que apuntara a desmonopolizar el sector audiovisual y, a la vez, el campo de la telefonía, enfatizando la importancia y el papel que podían jugar otros actores como las cooperativas telefónicas y de la economía social”, y aclara, “Implicaba la apertura gradual de las redes que tenían controladas”.

Remedio eficaz
Sin embargo, lo que no se logró (el uso de las redes telefónicas) por la vía de la ley SCA (condición que imponían algunos bloques de diputados opositores, que tampoco asistieron al debate y a la votación en el recinto), posteriormente se consiguió por otra vía, a partir del programa “Argentina Conectada”, en el que el Estado, desarrolla una infraestructura de fibra óptica pública para ponerla al servicio de los nuevos operadores del sector cooperativo para no depender de una red troncal concentrada. El libro de Lázzaro ayuda en el campo de la reflexión mediante un marco histórico, y permite una mejor comprensión de cuál ha sido el efecto del proceso concentrador y de lo que hay que desarmar, no sólo en términos de infraestructura, sino también en términos ideológicos y en términos de proceso comunicacional, en un escenario de mayor pluralidad y oferta de contenidos.
Con relación a la adhesión que tuvo la Ley de SCA, Lázzaro asegura que “el espectro democrático se alineó detrás de ese proyecto que representó, no sólo al Poder Ejecutivo, sino a gran parte del campo popular que venían impulsándolo a través de la Coalición por una Radiodifusión Democrática. Ha sido un proyecto bastante transversal desde lo político –afirma-, y ha dejado recortado en el campo de la oposición a sectores del Peronismo Federal, de la Coalición Cívica y del radicalismo que optaron por seguir las instrucciones del sector concentrado multimedia, para tratar de impedir la democratización del sector”.

La otra batalla
El autor, también hace hincapié en que “es fundamental mantener la alianza entre actores sociales y políticas públicas, que además deben expresar al Estado nacional, las provincias, las universidades, y a los nuevos actores empresariales que desde una lógica comercial no concentrada y en condiciones de competencia necesitan de esta alianza con actores del campo popular y las políticas públicas, para poder recuperar la capacidad e producir y generar contenidos en el interior del país, y revitalizar una industria audiovisual que permita estar nuevamente en la disputa por los contenidos a nivel nacional y regional”.
Con relación a la estigmatización que se hace sobre la Ley de SCA cuando se la tilda de “chavista”, el periodista dice que “lo primero que esto demuestra es que se ignora la legislación de Venezuela, que en muchos casos es mucho más tibia que la norteamericana, algo que también está contada en el libro, como también está contada la enorme resistencia de la sociedad civil norteamericana al proceso de gran concentración que intentó el gobierno republicano de Bush. En este sentido nada es inocente, ni quienes acusan al gobierno (de Cristina) de chavismo, ni quienes omiten comentar la disputa del gobierno de Obama frente a los medios concentrados de Rupert Murdoch. En realidad, lo que se encubre son las batallas por el posicionamiento de los grandes grupos económicos sobre la sociedad”, dispara el periodista Luis Lázzaro, una de las plumas que más texto aportó a la Ley de SCA, finalmente aprobada hace un año por el Congreso Nacional; una norma que impactó positivamente y ya comienza a ser demandada en varios países de la región y del continente europeo.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

La Fábula de Christian Andersen y el relato mediático del monopolio

Por Jorge Déboli, de la redacción de Informes

La conmoción que generó entre los argentinos la desaparición física de Néstor Kirchner, posibilitó que surgieran muchos otros Kirchner, producto de otras miradas sobre el controvertido ex presidente de la Nación, quizás, tan discutido como el General Juan Domingo Perón y su esposa y compañera, Evita.

Y cuando decimos .controvertido, o discutido, lo estamos diciendo de alguien que no la anduvo con chiquitas a la hora de tomar medidas de las llamadas por los oligopolios informativos “polémicas” , es decir, aquellas políticamente incorrectas, que molestan a los dueños de la Argentina que, desde el fracaso de la Revolución de Mayo, que obligó al exilio a nuestro Padre de la Patria, el General José San Martín, se ocuparon que sistemáticamente fracasaran a lo largo de la historia, las gestiones de varios presidentes que encabezaron movimientos nacionales y populares en nuestro país.

A esta altura sería ofender la inteligencia de los lectores señalar como una revelación todo lo hecho por el ex mandatario patagónico desde que asumió en mayo de 2003, pero si vale la pena, poner de relieve dos de sus discursos que anticiparon su derrotero y coherencia con la que se desenvolvió, que hoy lo ubican claramente en la categoría de “Hombre de Estado”, al que sólo pueden acceder aquellos que entienden en estas cuestiones de llevar adelante políticas que inciden y cambian la vida de un país y de sus ciudadanos, y su relación con los países de la región y el mundo.

Señales
Fueron dos los pronunciamientos públicos y uno muy privado que dieron pistas muy fuertes sobre lo que este hombre se proponía hacer durante su mandato.
La primera señal pública estuvo en el discurso que pronunció unas horas antes de que se anunciara que Carlos Menem se bajaba de la
segunda vuelta que debía realizarse el 18 de mayo de 2003, en las que, mediciones previas al ballotage, señalaban que Kirchner cosecharía alrededor del 70% de los votos. Sin embargo, el ex presidente Menem, luego de una serie de dimes y diretes, versiones y desmentidas, finalmente anunció su decisión de no presentarse, convirtiendo ese mismo día a Kirchner en presidente electo.

No fueron pocos los analistas que esa semana en sus columnas señalaron que la jugada del riojano tuvo como fin evitar una derrota catastrófica, al tiempo de condicionar la futura gestión de Kirchner, que de esa forma accedía a la presidencia con un magro 22 % de los votos, el nivel más bajo de votos jamás registrado en la historia argentina, algo menos de un punto de lo que obtuvo Humberto Illía en 1963 cuando, con el peronismo proscripto, fue electo presidente con el 23 porciento de los votos.

Dicho discurso, pronunciado en el bunker del patagónico, en el hotel Panamericano, fue durísimo en conceptos que iba a marcar su gestión de gobierno (ver en el link: http://www.observatorioelectoral.org/informes/analisis/?country=argentina&file=discursokirchner), a tal punto que este periodista, que había seguido su campaña preelectoral con cierta apatía, dijo: “¡¡ Oia. si ya prácticamente es presidente electo, porqué endurece el discurso”!!.

Condiciones
Sin embargo, para el entonces sub Director del diario La Nación, Claudio Escribano, que por esos días le había propuesto a Kirchner lo que el periodista Horacio
Verbitsky calificó como “Pliego de condiciones”, fue un discurso incorrecto: (ver en el link: http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=496350) “La primera medida de gobierno del doctor Kirchner –decía Escribano-, deberá ser la cesantía de quien ha escrito ese discurso –le ordenaba-, y, si fue él mismo quien acometió su redacción, convendrá que ya mismo –lo retaba- derive en otro la delicada tarea de escribir si es que aspira a ser un verdadero jefe de Estado”, decía en su columna del 15 de mayo de 2003 la principal pluma del diario representativo de los sectores más concentrados de la economía, es decir, ganadores históricos de la Argentina, los que escribieron la historia, y diariamente nos dicem los temas por los que todos los argentinos debemos preocuparnos. .

Pero fue aún más temerario cuando Escribano finalizó diciendo: “Podríamos pasar por alto una tercera conclusión, porque las fuentes consultadas en los Estados Unidos por quien esto escribe –amenazaba- difieren de si se trata de la opinión personal de uno de los asistentes o de un juicio suficientemente compartido por el resto. Sin embargo, la situación es tal que vale la pena registrarla: la Argentina ha resuelto darse gobierno por un año”, finalizaba rencoroso el que hasta ese momento se ufanaba antes sus pares de Adepa, llamando desde su teléfono móvil a los presidentes de turno (desde Menem a Duhalde inclusive), demostrando así su poder.

El otro pronunciamiento público de Kirchner, histórico por cierto, fue el mensaje pronunciado el 25 de mayo de ese año ante la Asamblea Legislativa a 10 días de aquel otro políticamente incorrecto del Hotel Panamericano, donde, salvo algunos temas relacionados con la Ley de Coparticipación Federal, y Reforma Tributaria, prácticamente anunció todo el contenido de su gestión y buena parte del de la actual presidenta. (Ver en el link: http://nuevamayoria.com/ES/BIBLIOTECA/documentos/dircurso_kirchner.pdf ),

El tercer indicio, no publicado hasta ahora, sobre lo que Kirchner se proponía hacer durante su gestión en el sentido de cambiar la historia y terminar con los recurrentes fracasos de los gobiernos democráticos que lo precedieron, fue el relato a quien escribe esta columna, de uno de los hombres de mayor confianza del ex presidente, sobre un comentarios que este le hiciera en los momentos previos a su asunción al que dicha fuente sintetizó así: “Parece que esta vez va en serio, está obsesionado por no terminar como de La Rúa, saliendo de la Casa de Gobierno en helicóptero”.

Opciones
Y para no terminar así, no eran muchas las opciones que le quedaban a Kirchner. O aceptada la propuesta extorsiva del vocero del establishment con su pliego de condiciones, o esta otra opción, la que afortunadamente tomó, la más difícil y boicoteada, principalmente por los profetas del odio, mercenarios de baja estofa que se hacen llamar “periodistas independientes” que mienten u ocultan todo el tiempo en forma descarada y sobre todo, subestimando la inteligencia de sus lectores.

Y justamente, a partir de tanta subestimación que aparentemente por varios años había logrado su cometido, como la fábula del rey desnudo, de Andersen, que lo hacían vestir con ropas invisibles a los ojos de los tontos e ignorantes, fueron miles las almas que surgieron desde todos los rincones y condiciones, que sin organicidad ni aparato, y en forma espontánea y renovada, se fueron dando cita en la plaza histórica de Mayo y en cientos de plazas del país, y ante la muerte inexplicable, fueron descubriendo en Kirchner, que el traje de perverso con que la “Prensa independiente” lo había vestido, no era así. Miles de miradas descubrieron al Kirchner Líder; al Kirchner Conductor, al Kirchner Estadista, al Presidente que cuando asumió no dejó en la entrada de la Casa de Gobierno sus ideales y principios. También descubrió, como Diego, al Kirchner Gladiador que enfrentó y frustró, en las narices de Busch, la trampa que escondía el ALCA; descubrió al hombre que revalorizó la política como única herramienta de cambio en paz; pudieron ver el camino por el que, después de tantas frustraciones e ignominias, la utopía se torna posible.