sábado, 5 de junio de 2010

Derrape de Scioli: “Promisorio” debut de Casal en Seguridad



Por Jorge Déboli, de la redacción de Informes

El debut de Ricardo Casal como ministro de Justicia y Seguridad bonaerense, no pudo ser más promisorio (en el sentido más negativo que el término implica), ya que la Policía provincial, que recientemente pasó a su esfera de competencia, reprimió en forma violenta una reunión de estudiantes platenses, que sin molestar a nadie, disfrutaban de una “rata” colectiva convocada a través de Facebook. Un hecho repudiable por lo temerario, e ineficaz, por la metodología empleada, que recuerda las épocas más oscuras de la no tan lejana tragedia nacional que nos tocó vivir a los argentinos, con la dictadura militar, que condujeron los genocidas, Jorge Rafael Videla y su estratega civil, José Alfredo Martínez de Hoz.
Es que los que nos formamos durante la década del ´60, resistiendo -en la calles, en los lugares de trabajo, en los claustros-, la abolición del Estado de Bienestar, hoy sabemos que la represión sufrida durante esa década, a muchos nos sirvió de experiencia para sobrevivir a una de las etapas más violentas de la historia argentina, que vino con el neoliberalismo y su “necesario” genocidio político y posterior genocidio social. Pero esta referencia a aquellos años -que sólo es para refrescar uno de los activos más importantes que los argentinos tenemos por estos días, la memoria-, no es el caso de esta época que vivimos, pero parece que algunos políticos, como el gobernador Daniel Scioli, que bien acompaña en otros aspectos el modelo que lleva adelante el gobierno nacional, no han entendido aún, que lo que debemos forjar son jóvenes imbuidos de conocimiento y no de experiencia en la lucha callejera.
Parece que tampoco han comprendido que la Argentina ha entrado en un proceso democrático irreversible, que debe abonarse y sostenerse con nuevas generaciones que aporten inteligencia, saberes y sobre todo, respeto al prójimo, valores que se fueron perdiendo con el paradigma del pensamiento único. Como lo vienen haciendo en la Capital bonaerense desde hace muchos años, cientos de chicos del nivel secundario, y también de la primaria, se reúnen todos los viernes, con la caída la tarde, sobre la céntrica calle 8, la que se convierte en peatonal hasta entrada la noche; un espacio social que los jóvenes construyeron, donde se interrelacionan, y también se divierten con bandas de músicos, artistas callejeros, o simplemente contándose sus cosas.
El pasado viernes 28, en el marco de una rateada organizada a través de la red social facebook, decidieron ampliar la convocatoria y se concentraron desde la mañana en distintas calles y plazas de la ciudad de La Plata.
A media tarde, un grupo de adolescentes había comenzado una pelea en las inmediaciones de la Plaza Moreno, y la policía que estaba en el lugar, intervino sin dudarlo, con el saldo de un policía cascoteado.
Pero a las 16 hs, un grupo de infantería ya se había colocado sobre la plaza donde estaban reunidos unos 300 chicos y chicas, que decidieron quedarse ahí, a pesar de la presencia policial, que “innecesariamente” aumentaba minuto a minuto.

Balas de goma

Ante un avance de chicos “con piedras”, la policía también avanzó por el medio de la plaza disparando para todos los costados con balas de goma de sus itacas, gritándole a los adolescentes que se retiraran y si no lo hacían, “gatillaban en dirección a ellos”, lo que provocó que los chicos se dispersaran. Incluso, se registró a un uniformado “tomando fotos de los chicos y las chicas”, un hecho gravísimo en si mismo, si recordamos las prácticas de Inteligencia de los gobiernos militares.
Para las 18 hs el operativo contaba con más de 150 efectivos y ya se había desatado una verdadera cacería por otros barrios de la ciudad, especialmente sobre la céntrica calle 8, en la zona del Parque Saavedra y en la estación del ferrocarril: “buscame al de mochila azul”, gritaba desencajado uno de los policías. A pocos metros dos efectivos detenían a otro chico, “ojo, todavía no le pegués que está la cámara”, alertó otro de ellos frente a la presencia de una periodista, según relataron a Informes testigos presenciales.
La violenta represión en la Capital bonaerense, que dejó el saldo de un policía herido y varios chicos golpeados, detenidos e incluso, una chica desaparecida, mereció el repudio de la Asamblea Permanente por los Derechos de la Niñez (APDN), además de responsabilizar al gobernador Daniel Scioli y a su flamante ministro de Seguridad, Ricardo Casal, por la forma que actuó, a partir de una pelea sin mayores consecuencias entre dos grupos de chicos.

Desaparecida
En la esquina de 14 y 51 arrestaron a un chico, un amigo se acercó a preguntar por qué lo llevaban y también lo apresaron. Una amiga que no quiso abandonarlos se plantó, “no puede ser que nos traten tan mal” dijo, y fue lo último que gritó antes que se la llevaron en un móvil de la policía 2.
Durante una hora y media la chica no apareció. “¿Tanto tiempo para recorrer las 7 cuadras que separan el lugar de detención de la comisaría primera?”, señaló irónicamente la APDN. Cuando los Organismos de DDHH se hicieron presentes en la comisaría primera, a los pocos minutos la chica apareció. “Me llevaron a pasear”, dijo para explicar que la tuvieron dando vueltas. ¿Qué hubiera pasado con ella de no haber existido la llamada que ordenó su restitución?, se preguntó un miembro de la APDN.

La responsabilidad de los Medios
El otro aspecto criticable, fue el pésimo tratamiento que algunos medios de comunicación le dieron al tema, al reflejar la situación en términos de “enfrentamientos” entre estudiantes y policías. En realidad “la situación no hubiera sido tan violenta de no haber intercedido la policía” aseguró un testigo presencial de los hechos. “Es siniestro equiparar a un grupo de adolescentes con uno de los aparatos armados del Estado”, dijo otro testigo.
“Los medios inflaron el número de chicos y chicas concurrentes llegando a decir que eran 3 mil (que las fotos y filmaciones que se publicaron lo desmienten) Y todo esto para vender la idea de que los jóvenes habían tomado las calles céntricas y debían ser controlados”, dijo a Informes, uno de los miembros de la APDN.

Interrogantes
Queda claro que este ensañamiento con los adolescentes no nació espontáneamente. Desde que se conoció la iniciativa de los estudiantes de organizarse para faltar a la escuela, la respuesta desde el Estado provincial tendió más a la amonestación de las conductas de los adolescentes, que a la comprensión de sus prácticas. Parece ser que ahora el método es la bala de goma.
¿Por qué la dirección de niñez de la municipalidad de La Plata y las instituciones de niñez de la provincia se hicieron presentes recién dos horas después de desatada la represión?, ¿Quién dio la orden de reprimir a los estudiantes?. “Nadie nos tiene que autorizar” fue la respuesta de un efectivo de la comisaría primera. Por otra parte, cuando los organismos de DDHH preguntaron al comisario sobre la orden, éste no supo qué contestar.
¿Fue el nuevo ministro quien ordenó reprimir? Es un hecho terrible, aunque esperable, que demostraría la firme convicción de Ricardo Casal de continuar criminalizando y judicializando a niños, niñas y adolescentes.
¿Fue una decisión unilateral de la policía? Es un hecho igualmente grave porque sería otra prueba del grado de impunidad y de autonomía con que se maneja la institución policial, apañada en su accionar ilegal por el poder político.Son algunos de los interrogantes que la sociedad se hace, y exige una respuesta.