miércoles, 10 de julio de 2013

OPINIÓN

El monopolio mediático en su laberinto


El secretario de la Comisión Federal Asesora (CFA), Jorge Déboli. Foto Tiempo Argentino/InfoGEI
Por Jorge Déboli, Editor periodístico; Secretario de la Comisión Federal Asesora; miembro de la Mesa Nacional de Coordinación de la Coalición por una Comunicación Democrática; y vicepresidente ejecutivo de la Cámara de Diarios y Periódicos Pymes de la Provincia de Buenos Aires (Cadypba).


Desde que en 2009 la presidenta de la Nación, presentó el proyecto de Ley sobre Servicios de Comunicación Audiovisual (SCA), propiciando un debate previo antes de su tratamiento en el Congreso Nacional, comenzó a generarse un cambio en los medios de comunicación y los comunicadores.
La discusión del proyecto en cientos de debates y foros en todo el país, había despertado la necesidad de expresarse sobre temas ocultados, negados, y hasta censurados, por los que hegemonizaban la palabra escrita, fuente casi excluyente en la formación de sentido y de opinión. Se había perdido el miedo a hablar sobre el tema
Cuando en agosto de ese año comenzaron las audiencias públicas en el Congreso de la Nación, primero en Diputados y luego en el Senado, hubo dos ponencias que corrieron el velo a un tema tabú para los editores de diarios de la Argentina y consecuentemente para el resto de los argentinos: la fábrica de papel para diario, Papel Prensa y su distribución monopólica.
La primera de las exposiciones estuvo a cargo del periodista y empresario, Osvaldo Papaleo, quien reveló la forma en que los diarios Clarín, La Nación y La Razón, habían arrancado la fábrica Papel Prensa a su familia, en ocasión de que todos sus miembros se encontraban secuestrados en el Centro Clandestino de Detención, denominado el “Pozo de Banfield”.
Revelación
La segunda ponencia - a mi cargo-, se ocupó de revelar cómo aquellos tres diarios que se quedaron con la fábrica de papel, a partir de un manejo extorsivo y discrecional en la distribución del mismo, en poco tiempo pasaron a hegemonizar la agenda periodística de la Argentina.
Sin saberlo en ese momento -aunque lo buscaba junto a otros editores-, habíamos plantado una semilla para la elaboración del proyecto de Ley que declaró de interés público la fabricación de papel para diario y su norma regulatoria, sancionada finalmente el 11 de diciembre de 2011.
El debate siguió por todo el país, aún después de la sanción de la Ley de Medios; más aún, cuando desde hace cuatro años no se pueden aplicar sus principales artículos que le dan el carácter antimonopólico a la norma.
También ese debate, sigue abriendo un espacio para el esclarecimiento, cada día más enriquecido, sobre cómo el monopolio construye la agenda de temas, en los  que cada día debemos preocuparnos, y sobre todo, por el interés que despierta este tema en las nuevas generaciones.
Preocupación
Muy preocupado por el avance de la causa penal de Lesa Humanidad, sobre la apropiación de Papel Prensa, que se tramita  en el Juzgado Federal N° 10 de Capital Federal, el monopolio mediático ya empezó a tirar con cualquier cosa, subestimando la inteligencia de sus lectores y de las audiencias de sus múltiples señales que aún conservan.
A pesar de ello, todavía algunos editores de diarios, principalmente los beneficiados en el precio de venta del papel para diario, siguen tomando a sabiendas  de su falta de comprobación en los hechos, los temas propuestos por los diarios Clarín y La Nación.
El tema de la inflación en la Argentina, es un ejemplo acabado, que el monopolio mediático  comenzó a blandir en 2008, en pleno conflicto por la Resolución 125. Sin embargo, en la columna “El Changuito”, en el cuerpo principal de Clarín, admitió que la canasta básica de alimentos desde el 28 de junio de 2012 hasta la última semana de junio de este año había aumentado sólo el 13,8 por ciento.
Pragmático
Dicha columna acaba de ser levantada, seguramente porque será uno de los temas de campaña de su nueva esperanza blanca, el ex Jefe de Gabinete de Cristina, Sergio Massa, eyectado del Gobierno Nacional por transar con los grupos monopólicos y oligopólicos a los que en 2009 intentó incluir en los Convenios de Cancelación de Pasivos Fiscales, cuya aplicación en principio sólo se planteaba para los medios de comunicación Pymes.
“Yo soy un pragmático” les dijo Massa a sus colaboradores cuando pergeñó la incorporación de Clarín y La Nación al canje de las deudas fiscales por publicidad; el Grupo Uno de Vila - Manzano logró colar con 80 millones y se sumó a los medios chicos que desde la crisis de 2001, arrastraban una mochila fiscal de casi 30 millones, que la brutal devaluación de Duhalde les había generado. (InfoGEI
Opinión

El monopolio mediático construye un nuevo líder opositor



Por Jorge Déboli, Editor periodístico; Secretario de la Comisión Federal Asesora; miembro de la Mesa Nacional de Coordinación de la Coalición por una Comunicación Democrática; y vicepresidente ejecutivo de Cadypba.

Lidia Papaleo, la viuda de David Graiver, el pasado 13 de junio por primera vez fue citada como testigo en la causa que lleva adelante Julián Ercolini, titular del Juzgado Federal N° 10 de Capital Federal, en la que investiga si en el traspaso de acciones de Papel Prensa a los diarios Clarín, La Nación y La Razón, configura un delito de Lesa Humanidad, conclusión a la que busca arribar, a través del valor de venta de la papelera, es decir, si se realizó  a “precio vil”.
En dicha causa, están imputados nada menos que los principales directivos de los diarios accionistas (privados) de la única fábrica de papel para diario de la Argentina, quienes tarde o temprano, tendrán que dar alguna explicación sobre la supuesta compra que hicieron a los Graiver a fines de 1976.
Esta causa, iniciada en abril de 2010, fue consecuencia de la investigación que llevó adelante el gobierno nacional, a través del secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, mediante el informe denominado: “Papel Prensa - La Verdad”, que fue presentado ante el Juez Federal de La Plata, Arnaldo Corazza, quien luego de tenerla un año quemándole en las manos, se declaró incompetente y se la pasó al Juez Federal de Capital, Daniel Rafecas.
Delito de Lesa Humanidad
Antes de sacarse la causa de encima, Rafecas  la caratuló como “delito de lesa humanidad”, y luego de un tiempo se la devolvió a Corazza, quien volvió a rechazarla. Finalmente, por decisión de la Cámara Federal, este año quedó definitivamente en manos de Julián Ercolini, quien también tuvo que esperar la confirmación de la Cámara, a causa de las chicanas judiciales de los abogados defensores de los imputados.
Pasaron ya 37 años de aquella “venta” de acciones en plena dictadura y más de tres que lleva la actual causa.  Ya en Democracia, en 1985, Lidia Papaleo había denunciado ante la Fiscalía Nacional de Investigaciones Administrativas, sobre las amenazas y presiones para la transferencia de las acciones de Papel Prensa "a precio vil".
El pasado 13 de junio, Papaleo reiteró ante Ercolini que, cuando el gobierno era ejercido por la Junta Militar, recibieron presiones de las tres fuerzas y, por interpósita persona, del ministro de Economía, José Alfredo Martínez de Hoz, para vender la empresa evitando hacerlo a "extranjeros o grupos judíos".
Amenaza
Luego, Lidia Papaleo declaró que el día de su secuestro, el abogado Bernardo Sofovich le había advertido que se fuera del país. "Usted de acá vayase ya", le habría dicho el letrado del grupo Clarín horas antes de su secuestro. "Tuve que tomar decisiones en profunda soledad, sola frente a las patotas", recalcó la viuda.
Papaleo y la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, son querellantes en la causa, donde desde diciembre pasado solicitaron  las declaraciones indagatorias de Héctor Magnetto, Ernestina Herrera de Noble, Bartolomé Mitre, Sergio Peralta Ramos, Marcos Peralta Ramos y Hugo Peralta Ramos y otros implicados, que aún están pendientes de resolución por parte del juez.
Tiempo final
Como a la defensa, ya se le terminó la posibilidad de estirar los tiempos judiciales mediante apelaciones y otras chicanas, el monopolio ahora busca, a través de sus esbirros, construir una realidad mediática de un escenario político que, como ocurrió luego de la elección presidencial de 2011, seguramente se desmorone cuando los ciudadanos expresen sus preferencias  en las elecciones primarias que se llevarán a cabo el 11 de agosto próximo.
En los primeros meses de este año lo habían intentado ejerciendo al máximo su poder de fuego mediático, fogoneando la octava “corrida del dólar”, el “descontrol de la inflación”, y la “caída” de la actividad económica.
Desmentida
Ninguna de esas tres variables se comprobó en los hechos. Muy por el contrario, fueron los propios periodistas de Clarín, cuya honestidad intelectual perforó el ocultamiento que el monopolio ejerce sobre la realidad económica de nuestro país. (ver nota de Marcelo Cantón en la sección Política de Clarín del día 15 de junio pasado. Link: http://goo.gl/URWTO). 
También, el mismo diario publicó en la edición del viernes 24 de mayo (página 7), una nota titulada “El changuito”, donde reconoce que la medición de los precios de la canasta de productos básicos que dicho medio sigue desde junio de 2012, había aumentado sólo un 13,5 % en casi un año, es decir, apenas tres puntos por encima de lo que midió el Indec, y cuatro por debajo del índice de precios que declaró la Provincia de Santa Fe.
Nuevo líder
Ahora, uno de los columnistas estrellas del otro medio del monopolio, Carlos Pagni, intenta presentar al Intendente de Tigre, Sergio Massa, como el nuevo aglutinador de la oposición al kirchnerismo, una especie de jefe de bloque caprilista del período parlamentario 2014-2015. 

Como dijo de Sergio Massa la presidenta del bloque de diputados nacionales kirchnerista, Juliana Di Tullio: “con su postulación, formalizó una expresión de deseos”, que ahora Pagni  hizo propia.